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El ciberacoso es un fenómeno cada vez más común entre los adolescentes debido, entre otros, al fácil acceso y uso indebido de los dispositivos electrónicos. Este comportamiento abusivo a través de las redes es imprevisible, rápido e invisible se puede llevar a cabo las 24 horas del día. Por eso, el ciberacoso es muy difícil de detectar. Sus consecuencias psicológicas llegan a ser bastante dañinas para el individuo que recibe el ataque, relacionándose incluso con la ideación suicida.
¿Cómo se puede detectar el ciberacoso?
El acoso también conocido con el término anglosajón “ciberbullying”.
Engloba los actos de violencia hacia una persona a través del uso de las redes sociales o internet. No hay solo una manera de ejercer acoso digital sobre un individuo. Se pueden diferenciar diversidad de opciones y, con ello, una amplia variedad de consecuencias psicológicas. Algunos de los más empleados por adolescentes de entre 12 a 18 años son los siguientes:
Tipos de ciberacoso
1. Suplantación de la identidad: mediante la cual una persona se hace pasar por otro para causar daño a una tercera persona o conseguir algún fin o beneficio.
2. Sextorsión: es el chantaje por medio de la distribución de imágenes de contenido erótico-sexual a través de la web, coaccionando a la víctima con el fin de conseguir algo de ella.
3. Sexting: es un término usado para referirse al acoso de una persona que recibe de forma continuada imágenes o textos de contenido sexual, ya sea con o sin autorización. Esta práctica se ha visto incrementada en los últimos años entre adolescentes debido a la facilidad de compartir información que tenemos hoy en día a través de los móviles y ordenadores, llegándose incluso a normalizar entre este grupo de edad y desapareciendo la percepción de peligro.
¿Por qué es tan peligroso el ciberacoso?
Esta práctica tiene numerosos puntos a tener en cuenta a través de los cuales los expertos pueden medir el índice de peligrosidad.
En primer lugar, es muy complejo hacer desaparecer una imagen que está circulando rápidamente por internet. Pueden llegar a una gran cantidad de personas en un corto periodo de tiempo. Aunque en algunas prácticas como el sexting, la persona recibe imágenes o mensajes del acosador con fines sexuales.
Esta práctica, sobre todo se caracteriza por su invisibilidad entre acosador y víctima. Por ello, el individuo que lo sufre puede carecer de apoyo por parte de su entorno. Este entorno, no sabe como poder ayudar o simplemente el afectado no diga nada por pudor.
En segundo lugar, cabe destacar que encontrar a los culpables del acoso en redes es una tarea bastante complicada. La mayoría de las veces se respaldan en el anonimato a través del uso de perfiles e identidades falsas. Esta situación podría reflejar la desprotección con la que se encuentran los menores en redes sociales y la facilidad que existe para suplantar o crear identidades inexistentes con el fin de hacer daño y acosar a otra persona.
Por último, si el acoso se realiza públicamente en redes sociales ante un gran número de personas, se podría llegar a crear el «Efecto Espectador». Esta teoría señala que, cuanta más gente haya presente y visualice una situación, la probabilidad de que algún individuo se decida a ayudar a la víctima se reduce considerablemente.
Ciberacoso psicólogos Teatinos
¿Por qué más espectadores reduce la ayuda? El principal argumento es que la mayoría de personas que están siendo testigos de esa situación, al ver que nadie de su alrededor colabora, pueden llegar a infravalorar el peligro y el acoso. Además, piensan que si tanta gente está siendo consciente de este acoso «alguien ayudará, y no es mi problema”. Este fenómeno se conoce como «difusión de la responsabilidad».
Desde Psicofuncionalmente Teatinos te ayudamos a detectar y a solucionar el problema que genera el ciberacoso, adaptando la terapia a la situación de sufrimiento que esté viviendo la persona acosada.